A pocas horas del despegue de nuestro compatriota Frank Rubio, el primer astronauta de origen salvadoreño que vuela en una expedición espacial; Pupusería Suiza realiza una de las entregas más importante de su historia, la misión: llevar un ‘rimero’ de pupusas desde El Salvador hasta el espacio exterior en un experimento muy particular.
En una entrevista reciente, Rubio dijo “me encantan las pupusas… todo eso lo voy a extrañar mucho”, y sus palabras hicieron eco en nuestra mente, por lo que buscamos una alternativa y decidimos lanzar nuestras pupusas al espacio.
Para llevar a cabo este experimento fue necesario viajar hasta Monterrey, México, y gracias a la asesoría de expertos del país norteamericano y con la ayuda de un globo meteorológico lleno de helio nuestras pupusas volaron a más de 35 mil metros de altura (cuatro veces más alto que la altura que alcanza un avión comercial), experimentaron temperaturas de menos de 64 °C y luego de una hora con cinco minutos de vuelo el globo finalmente se reventó iniciando el dramático descenso Vídeo Tik Tok
“No pudimos realizar el experimento desde El Salvador por la geografía, ya que el país es pequeño y el radio de caída de las pupusas era de hasta 160 kilómetros a la redonda, lo que significaba que podían caer en el mar o en Honduras”, explicó Cecilia Quijano, gerente general de Pupusería Suiza y quién lideró la misión.
Este experimento a gran escala que se realiza por primera vez de parte de una pupusería, es una iniciativa de Pupusería Suiza empresa 100% salvadoreña, que se ha destacado a lo largo de sus 23 años por desarrollar ideas innovadoras de cara a la comercialización y proyección del producto típico por excelencia: las pupusas.
En definitiva, con nuestro astronauta Frank Rubio en una investigación muy importante para la humanidad (estudiar el cuerpo humano y cómo es afectado por la micro-gravedad de cara a volver a llevar seres humanos a la Luna y, con el tiempo, dar paso a la exploración humana en Marte), y con el lanzamiento de nuestras pupusas al espacio, en el mes patrio todos los salvadoreños no podemos sentirnos más orgullosos de nuestras raíces, de nuestra gastronomía y sobre todo de nuestra gente, nuestro corazón azul y blanco se enaltece porque hemos llevado parte de El Salvador hasta lo más alto.