La pandemia dejó lecciones que se consolidaron en 2024, cuando más empresas adoptaron esquemas de trabajo híbrido. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 38% de las compañías en América Latina implementaron políticas de trabajo flexible, reconociendo los beneficios para la productividad y el bienestar de los empleados.
Trabajo remoto e Inteligencia Artificial
Según un informe de Microsoft, el 73% de las empresas globales adoptaron esquemas flexibles de trabajo, incrementando la productividad de los empleados en hasta un 25%. Sin embargo, este modelo también planteó retos relacionados con la desconexión digital y la salud mental de los trabajadores
«Las organizaciones que adoptan la flexibilidad no solo retienen talento, sino que también aumentan su competitividad», comentó Jaime Solís, abogado experto en derecho laboral y socio de BDS Asesores. «Sin embargo, esta transición requiere un equilibrio entre los derechos laborales y las metas organizacionales», añadió.
Además de la flexibilidad laboral, la IA se posicionó como una herramienta transformadora en sectores como manufactura, servicios financieros y atención al cliente. Aunque generó oportunidades al automatizar procesos, también desplazó empleos tradicionales. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL, el 25% de las actividades laborales en la región podrían automatizarse en la próxima década.
«La adopción de IA es inevitable y por eso, es crucial invertir en capacitación para que los trabajadores desarrollen habilidades tecnológicas y adaptativas», aseguró el experto.
Salarios mínimos y su efecto en la economía laboral
Varios países de América Latina ajustaron sus salarios mínimos en 2024 para combatir la inflación y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, estos incrementos han generado debates sobre su impacto en la contratación formal, especialmente en las pequeñas y medianas empresas.
En 2024, con excepción de El Salvador y Panamá, todos los países de Centroamérica aplicaron aumentos de los salarios mínimos. Guatemala, Honduras y Nicaragua experimentaron estos incrementos a partir de enero de 2025, por órdenes de sus respectivos Gobiernos. Costa Rica aprobó un aumento general en los salarios mínimos del sector privado de un 1,83 %.
Tendencias laborales para el 2025
1. Economía de plataformas y regulación emergente
La economía de plataformas (como Uber, Pedidos ya) continuará en expansión, pero también enfrentará una mayor regulación en países como México, Colombia y Argentina. La protección social de los trabajadores independientes será un tema clave en 2025.
2. Foco en el bienestar mental y emocional
Las empresas seguirán priorizando la salud mental en sus políticas laborales. Según la OIT, el 60% de los trabajadores latinoamericanos experimentaron estrés laboral en 2024.
3. La formación como eje central
La capacitación será esencial para enfrentar los cambios tecnológicos. Se espera un incremento en la demanda de habilidades relacionadas con inteligencia artificial, análisis de datos y sostenibilidad.
4. Tendencias emergentes: Automatización y sostenibilidad
El avance de la automatización y la inteligencia artificial continuará transformando sectores como manufactura, logística y servicios.
Por otro lado, la sostenibilidad será un tema central en 2025, con un enfoque en empleos verdes y la creación de políticas laborales que fomenten prácticas responsables con el medio ambiente.
Recomendaciones para las empresas en 2025
- Adaptarse al cambio tecnológico: Invertir en herramientas tecnológicas que optimicen procesos y generen valor agregado.
- Capacitación continua: Implementar programas de formación en habilidades digitales y adaptativas.
- Enfoque en el bienestar: Crear ambientes laborales saludables que potencien la productividad y el compromiso de los empleados.
- Cumplimiento normativo: Estar al día con las regulaciones emergentes para evitar riesgos legales y fortalecer la confianza con los colaboradores.
«El 2025 será un año decisivo para la transformación laboral en América Latina. Empresas y trabajadores deben ser resilientes y proactivos para adaptarse a un entorno cambiante. La clave estará en la capacitación, la flexibilidad y la búsqueda de un balance entre innovación y justicia laboral», concluyó Jaime Solís.